La vida después del divorcio
El final de un matrimonio puede convertirse en una fuente de estrés muy grande para usted y para su familia. Independientemente de su causa, el divorcio puede suscitar emociones dolorosas y perturbadoras. El enojo, la tristeza y la frustración están ligadas íntimamente al divorcio, aun cuando la relación de pareja hubiese sido estruendosa desde un inicio.
Por otra parte, soportar la idea de estar solo puede ser arduo, e incluso abrumador. Puede uno sentir como si la vida hubiese dado un vuelco drástico y todo, desde las disposiciones para la vivienda hasta el cuidado de los niños, las relaciones con las amistades y la familia. Para colmo de males, el costo del divorcio le puede dejar en dificultades financieras, sobre todo si hay niños que atender.
Que el matrimonio haya durado dos o veinte años, se necesita tiempo para sobreponerse de un divorcio. Si bien cada quien reacciona en forma diferente, la mayor parte de las personas necesita dejar pasar algunos años para adaptarse a los cambios que trae el divorcio. Mismo si la vida puede parecerle sombría tras la ruptura de la relación de pareja, recuerde que usted puede superar la situación y que si lo hará.
Manejar sus emociones
Volver a encontrar el equilibrio emocional después de un divorcio exige mucho trabajo. Este proceso puede traer tristeza, coraje y frustración profundas. El reconocer estas emociones, además de ayudarle a superar su dolor constituye una etapa importante del proceso de sanación. El hecho de hablar con un amigo o de escribir un diario también puede ayudarle a manejar sus emociones.
Algunas personas se sienten tan devastadas con los aspectos jurídicos del divorcio que hasta su recuperación emotiva tarda en llegar. Pero en realidad, para seguir adelante, hay que admitir que el matrimonio se terminó y adoptar una nueva identidad que no tenga nada que ver con la de su antigua pareja.
Hay que admitir que un divorcio puede dar un golpe terrible a su identidad personal y a la propia estima, especialmente si no fue usted quien rompió. Aunque sea muy tentador detenerse en los aspectos negativos de su personalidad, de la de su ex cónyuge y/o de los aspectos de su nueva vida, una actitud pesimista no podrá sino ayudarle a cumplir la profecía. Tenga mucho cuidado con lo que se repite mentalmente, cuando oiga que una vocecita negativa comienza a agitarse, cállela de inmediato: cuestione la validez de su discurso y refuerce su opinión de sí mismo y de la situación en forma positiva y optimista. Aun cuando se le escapen algunos detalles de la situación, usted puede manejarla de manera edificante.
Al emprender una nueva etapa de su vida, aproveche la oportunidad de aprender y crecer. Examine con toda honestidad el papel que desempeñó en la relación de pareja y reconozca su parte de responsabilidad en la ruptura. Aprenda de sus errores y resuelva actuar mejor la próxima vez. De ser posible, trate de quedar en buenos términos con su ex cónyuge. El perdón le aliviará y quitará un gran peso de encima.
Durante este período de cambio es importante atenuar su estrés. Para relajarse medite, escuche música, haga que le den un masaje o practique un pasatiempo. Tome un poco de tiempo para usted (por más breve que sea) y recompense sus esfuerzos.
Solo pero acompañado
Resista el deseo de arreglárselas solo. Contar con apoyo emocional es esencial para sanar, hay muchas personas que le pueden respaldar para que supere este período difícil de la vida. Sus amigos y familiares pueden reconfortarle: ábrase a ellos. Encontrará tal vez que su mejor fuente de ayuda es alguien que ya ha pasado por un divorcio.
Asimismo podría entrar en un grupo de ayuda mutua en su comunidad o acudir a un profesional. Este tipo de recursos le ayudará a considerar su divorcio como parte del pasado y a ver la vida con una mirada positiva hacia el futuro.
Actúe según le convenga
Aunque a veces le sea difícil, sobre todo si está ayudando a sus hijos a superar el fin de su relación, no olvide sus propias necesidades y cuídese. Pase tiempo con personas que le apoyan, le valoran y transmiten energía. Reduzca al mínimo otras fuentes de estrés, y, de ser posible, reduzca su carga de trabajo. No tema rechazar las peticiones de terceros.
Recuerde el dicho: Tome las cosas una por una. Que su vida tome un curso normal, de ser posible, evite tomar decisiones importantes. Antes de pensar en cambiar de trabajo, mudarse de casa a otra ciudad o iniciar una nueva relación, dese tiempo para recuperarse emocionalmente.
Atienda su salud
Dado el estrés inherente al divorcio, sus hábitos de salud pudieran verse relegadas en el fondo de un cajón. Quizás se le antoje la comida chatarra, saltar alimentos o incluso recurrir a drogas o alcohol como un escape. Le costará trabajo encontrar tiempo para practicar actividades físicas y se verán trastornadas sus horas de sueño. Todo ello podría causarle problemas de salud, pérdida de energía, justo en el momento en que necesita contar con todas sus facultades.